#loreto ESCÁNDALO ELECTORAL SACUDE AL COLEGIO DE ABOGADOS DE LORETO.
El proceso electoral que debería ser ejemplar terminó convertido en un auténtico campo minado, y el protagonista del nuevo terremoto sería nada menos que Lee Paolo Rivera Guerra, cabeza de la LISTA N.º 3, señalado por sus contendores de “pisotear sin piedad” el Estatuto de la Orden, el Reglamento Electoral y hasta el Pacto Ético firmado por todas las listas.
Según denuncian los propios colegiados, Paolo y su equipo habrían convertido las normas en un “adorno”, realizando actividades proselitistas dentro del mismo local institucional, incluso dentro de los ambientes donde se votará el 29 de noviembre, pese a que los artículos 31°, 34° y 30° del Reglamento Electoral lo prohíben tajantemente desde la convocatoria del proceso.
Pero eso no es todo.
Lo que ha encendido la pólvora es que algunos abogados murmuran que la insólita pasividad del Comité Electoral 2026–2027 tendría explicación en un presunto “blindaje” alrededor de Paolo, alimentado según rumores que corren en los pasillos por vínculos sentimentales con una figura cercana al entorno de Keiko Fujimori, lo que habría generado la sensación de un “favoritismo de alto vuelo”.
Ojo: es lo que se comenta, no existe prueba oficial… pero el run run ya está instalado.
La indignación se disparó aún más cuando la LISTA N.º 3, con total desparpajo, organizó el llamado “2º Congreso Multidisciplinario Derecho – Iquitos” dentro del auditorio del ICAL, en pleno proceso electoral, en horario de tarde y con difusión masiva. Para muchos, esto no es un simple incumplimiento: es una infracción flagrante, abierta y descarada.
Mientras todo esto ocurre, el Comité Electoral sigue en silencio absoluto, pese a que la LISTA N.º 2 denunció formalmente las irregularidades el pasado 19 de noviembre.
Para varios agremiados, ese silencio ya huele a complicidad, miopía selectiva o misterioso favoritismo.
Lo cierto es que hoy el ICAL está en ebullición…
Y Paolo Rivera, queriéndolo o no, terminó siendo el rostro del escándalo que sacude a todo el gremio.
Todo esto ocurre ante los ojos del COMITE ELECTORAL, que no se pronuncia a pesar de haber tomado conocimiento incluso mediente escrito del gremio.
